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Sábado, 25 Enero 2014 13:23

Mi posición sobre la reacción de Chile por el fallo de La Haya

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Este próximo lunes 27 de enero de 2014 conoceremos el fallo que dictará la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, sobre el diferendo entre Chile y Perú respecto del reparto del espacio marítimo entre Tacna y Arica.

Este próximo lunes 27 de enero de 2014 conoceremos el fallo que dictará la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, sobre el diferendo entre Chile y Perú respecto del reparto del espacio marítimo entre Tacna y Arica.

Al respecto, quiero opinar que los chilenos tenemos una situación inmejorable para resarcir un dolor histórico de la gente del Perú, que nace en la Guerra del Pacífico, y se mantiene hasta nuestros días.

Todos sabemos que en dicha guerra, Chile anexó territorio peruano producto de su victoria en la guerra. Y que además, el ejército chileno fue particularmente duro en su accionar, como tal vez ocurría con cualquier ejército de ocupación que invadía otro país, por la falta de tratados y normativas internacionales que solo aparecerían luego de la primera y segunda guerras mundiales. El ejército chileno ocupó Lima, saqueó la ciudad, tuvo un trato muy duro con sus enemigos y enemigas, y volvió triunfante trayéndose sus respectivos trofeos de guerra. La pérdida del extenso territorio continental y marítimo por parte del Perú y la ocupación de su territorio que incluyó la capital de su propio país, ha significado un dolor histórico y una humillación permanente para el sentir de los peruanos desde 1879 a la fecha.

Independientemente de que este sentimiento de derrota humillante es una actitud que ya debiera haber sido superada por los peruanos, tal y como lo hacen muchas naciones que han tenido este tipo de conflictos, por ejemplo las guerras sostenidas entre países europeos con límites comunes, hecho que no habla bien del "ego peruano", lo cierto es que - querámoslo o no - el dolor y la humillación han persistido.

Por ese motivo, creo que esta situación de la definición del límite norte de Chile- sur de Perú, sometido a un arbitraje en La Haya, es el momento oportuno para ofrecer al Perú un gesto de generosidad, acatando el fallo y cumpliéndolo tal y como dicte la Corte. Y además, haciendo sentir al pueblo peruano nuestro afecto, nuestra disposición de entrega y compromiso de unidad para las próximas generaciones. Esa actitud que los Chilenos pudiéramos tener sería un ejemplo para el mundo. ¿Que le cuesta a los Luksic, Angelini o los Matte asociarse con alguna empresa pesquera con domicilio comercial en Ilo? ¿En qué va a afectar para la economía del país la pérdida de una insignificante área de costa?. Por el contrario, ¿Cuánto podemos ganar si tenemos este gesto de entrega, frente a nuestros vecinos latinoamericanos?. ¿Cuánto ganamos como "imagen país" si esta vez actuamos generosamente?. ¿Cómo tomaría este gesto la comunidad internacional?. Valoremos esta oportunidad dejando con la boca abierta a los actores peruanos que les gusta poner el dedo en la llaga del sentir de su país, para vender diarios y ganar elecciones.

Amigos peruanos, si necesitan ese sector de mar, ocúpenlo, se lo cedemos. Si les sirve para hacer mejorar las condiciones de vida de su pueblo, tómenlo y háganlo productivo. Ahora tienen una victoria, regístrenla en su historia, ojalá les sirva para superar el dolor histórico que no han podido superar con esa guerra que - como siempre - fue decidida por oligarquías nacionales e internacionales y ejecutada por los pueblos de ambos países, que nunca debieron pelearse.

Tenemos esta oportunidad histórica de terminar definitivamente los diferendos y avanzar en la superación de esta animosidad tan duradera. Curiosamente, la unidad es necesaria para la industria y el comercio, pero también es necesaria para nuestra lucha común por la libertad y definitiva independencia de nuestra América. Para esta última es que somos necesarios.

 

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