Esta es una pregunta que, como muchas, tiene dos respuestas. Por un lado, todo es arte. Cualquier gesto, instalación, incidencia en el mundo, puede ser vista como arte. El arte está en los ojos del observador. En la capacidad de poder visualizar el objeto o proceso de una manera particular. El arte, en este sentido dice relación con la intencionalidad de la mirada, que emerge como una mirada cargada de ideología, contaminada en extremo, con la riqueza de la experiencia y esperanza de vida del observador, y su capacidad de conectarse con la intencionalidad del artista, autor o autores.

Y por otro lado, arte es lo que "alguien dice" que es arte. Alguien que determina lo que debe o puede ser considerado como tal. En este caso, el arte está subsumido en una lógica impuesta desde fuera del arte. Y es, lamentablemente, lo que ocurre en este tiempo, si acaso no es lo que ha ocurrido siempre. El arte es una transacción vinculada a un espacio-tiempo sesgado por una idea dominante que ha terminado plausible entre un grupo social o "elite" o "casta".

En este último caso, el arte niega la primera respuesta y pasa a ser una acción política, vinculada a las relaciones de poder que existen en una sociedad dada.

Esta reflexión, que pudiera parecer tremendamente ingenua, en realidad no lo es, ya que tiene implicancias profundas. Que sea expuesta de manera simple no implica que contenga argumentos livianos o sin fundamento.

A partir de aquí, podemos señalar que el verdadero artista es quien se sumerge en la construcción de objetos o procesos que se conectan con su mirada particular de ver o proyectar la realidad. La honestidad de esa acción es lo que lleva finalmente al reconocimiento, si acaso es ese el fin último del trabajo del artista. Pero el reconocimiento es algo que puede tardar demasiado en llegar. Por ello es clave construir una burbuja en la que el artista puede conectarse con su obra, sin importar que sea reconocida o elegida dentro del arte de la elite. El verdadero ser del artista verdadero es sumergirse en esa burbuja y poder sobrellevar la vida inmerso ahí, y además, presente en la realidad compartida con todos los demás.