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Viernes, 10 Febrero 2017 20:52

La acumulación originaria del capital y la gran ilusión del software libre Destacado

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Transcurren las primeras horas del 2017. Luego de una noche de "año nuevo" bastante tranquila, veo las noticias matinales del canal 24 horas que anuncia como la gran panacea el arribo del "código abierto" como modelo de desarrollo de las empresas afincadas o con base en Internet, estableciendo la relación entre código abierto y “participación de los usuarios”. Una noticia realmente extemporánea por la gran cantidad de años que han pasado desde que el "código abierto" y en menor medida el "software libre" se consolidaron en el mundo empresarial como modelo de negocio, cuya base es el código disponible y a la vez, el trabajo colaborativo entre los que participan de su desarrollo.

Una reflexión sobre esto sería igual de extemporánea, no obstante creo oportuno deslizar algunas ideas que pudieran ser del interés de alguien más en este inicio de 2017.  

En mi época de estudiante de sociología, en la gloriosa Universidad ARCIS, leímos con mucha profusión el libro El Capital de Karl Marx. Y en él, el capitulo XXIV, de "La llamada acumulación originaria". Resultaba interesante conocer el análisis de Marx acerca de las bases de la acumulación de la riqueza capitalista, en su contexto histórico, proceso que finalmente permitió la conformación de grandes fortunas y con ello, pasar desde el sistema feudal al modo de producción capitalista propiamente tal. Esta acumulación originaria, posibilitada por la separación definitiva de los medios de producción respecto de los productores directos, sería la condición ex ante para el surgimiento y consolidación de las relaciones económicas capitalistas.

Independientemente de los pormenores que Marx cita, tales como la violencia y usurpación que este proceso conllevó, la idea de fondo es la que  ronda al momento de mirar el proceso de acumulación de riqueza que Internet ha permitido a muchas empresas.

Hay razones para pensar que ciertos procesos acontecidos en los últimos años se constituyen - visto esto históricamente - en una "segunda acumulación originaria de capital". La primera, surgida en los albores de la primera revolución industrial y la segunda, en el marco de la formación de Internet. Y en este contexto - lamentablemente - para este segundo proceso, la materialización práctica de la idea del software libre o código abierto ha jugado un papel relevante, considerando el factor "colaboración del usuario" en todo el modelo.

En el caso del software libre o código abierto (utilizaremos ambos conceptos como sinónimos) el paralelo entre la acumulación originaria precapitalista y la actual se establece en la medida en que finalmente los "productores directos", vale decir, los generadores de la información e inteligencia para dar valor ampliado a un producto informacional, en este caso de software, entregan gratuitamente ese importante insumo para su producción, bajo el estímulo de la cooperación. Obviamente que hay un beneficio directo al usuario colaborador, mientras hace uso del mismo, pero curiosamente, a mayor nivel de penetración, madurez y especialización del producto, menor es el tiempo en que pasa a ser un producto más de consumo mercantilizado, cuyo valor finalmente está en directa relación con la capitalización que los propios consumidores le han conferido y que finalmente deberán terminar pagando. "Nadie sabe para quién trabaja".

En otras palabras, lo que asemeja la primera acumulación originaria de la segunda es la separación – material o virtual - de los medios de producción del productor directo. En este segundo caso, el productor directo no sabe, no comprende o simplemente no valora que es el propietario de los medios que permiten la acumulación originaria.
El lector podrá pensar que al poner como sinónimos el "software libre" y el "código abierto" caemos en un error. Ya que al diferenciarlos resolvemos esta problemática, en la medida en que bajo el software libre podemos conocer el código y además adaptarlo a nuestras necesidades, lo que implicaría una suerte de control para quienes utilizan un producto bajo esta filosofía y legislación.  Esta es una discusión antigua. Sin embargo, es necesario hacer la separación entre "el espíritu" y "la materialización práctica" del proceso. Es decir, el espíritu de las cuatro libertades del software libre y la aplicación de la GPL pudieran llevarnos a una situación que impida la acumulación originaria en favor de unos pocos, impedir la clausura del "espacio público" de Internet y propender a la libertad del ciberespacio. No obstante esto en las práctica no ha sido así, al menos hasta ahora.

Si analizamos las 4 libertades propuestas por el SL: (0) la libertad de usar el programa y (2) la libertad de distribuir copias, no cuestionan la acumulación originaria; asimismo, la libertad (1) de estudiar como funciona y (3) mejorar el programa y hacer públicas las mejoras, son libertades que muy pocos usuarios pueden ejercer. Podemos decir que la libertad 1 es muy viable, pero la libertad 3 solo es viable para entidades capaces de mantener un software cada vez más complejo. Una de las cosas que constatamos es que la amenaza de un fork solo es real cuando existe la capacidad productiva de poder continuar con el producto, y con ello "enmendar" el rumbo “modificado” por el grupo inicial, y ello es cada vez más difícil de sobrellevar.

Indudablemente hay excepciones. Rápidamente pensamos en Debian, en Wikipedia, el proyecto JOKTE y otros, sin embargo, la gran mayoría de las iniciativas siguen de alguna manera el siguiente ciclo histórico:

1.   Asociación formal o informal de grupo de fundadores (crean un producto a partir de un fork o de uno anterior con licenciamiento permisivo)
2.   Generación de imagen corporativa basada en principios de software libre y/o código abierto
3.   Invitación extensiva a colaborar en base a esa filosofía.
4.   Privatización y protección de "la marca", controlada por persona o grupo fundador.
5.   Puesta en producción primera versión del producto, de libre acceso.
6.   Establecimiento de canales para la mejora continua del producto.
7.   Aglomeración de colaboradores en torno a la idea de cooperar y compartir      (Usuarios colaborando gratuitamente en la mejora del código)
8.   Desarrollo del código, logro de versiones maduras gracias a "consumidores betatester".
9.   Aparición de servicios "premium", servicios asociados "de pago", o subproductos de pago altamente demandados.
10.  Posicionamiento del producto entre usuarios directos, logro de masa crítica de usuarios directos
11.  Consolidación de ecosistema monetarizado que permite el uso avanzado del producto (grupos de empresas que venden servicios asociados que se cuelgan del producto de "libre acceso")
12.  Ampliación del personal asociado a la producción experta del código, para vender servicios avanzados elitizados.
13.  Monetarización definitiva del producto
14.1 Opción venta del producto a empresa monopólica (o asociación con ella).
14.2 Opción desarrollo de versiones avanzadas de pago, elitización basada en una porción de usuarios que continúan.
14.3 Opción Fork por parte de grupos que se sienten traicionados y que tienen la capacidad de continuar con el desarrollo del producto, apegados a los originales principios de software libre.
15.  Asociación formal o informal de grupo de fundadores. (vuelva al número 1)

En el caso de productos tipo "redes sociales", a pesar de no estar incluidas en el tema del software libre o código abierto, aún cuando algunas de ellas se presentan bajo esa condición, la utilización de los usuarios para nutrir de contenidos comercializables, generándose a la vez los espacios que permiten el despliegue del marketing ultra personalizado según la minería de datos del perfil del usuario, por su envergadura, se constituye en una verdadera acumulación originaria, pudiendo el producto "red social" multiplicar millones de veces su valor comercial gracias al modelo de la cooperación o de la participación del usuario que genera o proporciona los contenidos. En este caso, nuevamente el productor directo es "despojado" o "desvinculado" del medio de producción, contribuyendo sin siquiera proponérselo, a aumentar el valor simbólico y económico de la marca. El caso más emblemático pudiera ser Youtube. El caso menos evidente: Waze.
Por este motivo, situando históricamente todo el proceso de desarrollo mundial del software libre y el código abierto, se transforma en una trampa a la gente de buena voluntad que acude en masa a cooperar, siguiendo el espíritu inicial del surgimiento de Internet. Extremando nuestra argumentación, a estas alturas, es posible afirmar que el software libre en realidad es una "ilusión" que muy pocas personas están dispuestas a materializar realmente.

Alguien podría decir que la primera "acumulación originaria del capital" no fue nociva. Después de todo, permitió la industrialización y muchas otras cosas. Además, para el caso de la segunda, la  generación de jóvenes que acompañaron las etapas tempranas del despliegue de Internet y el sueño de un ciberespacio libre hoy ya están en edad de jubilar y quieren (y merecen) una buena vida. Quien puede criticarlos por pretender monetarizar sus iniciativas. Sabemos que esto finalmente se trata de personas y todos necesitamos vivir.

El problema es que, como hemos apuntado en otros escritos, sabemos que el marketing no tiene límites, que en la lógica de la acumulación opera el concepto de "crecimiento" que "obliga" a cualquier empresa a plantearse el aumento sistemático de la ganancia, dándose esto como un objetivo incuestionable o indiscutible. Es una variable independiente. Y ese crecimiento muchas veces se obtiene con violencia y usurpación o con la brutal traición al espíritu de un proceso inicialmente bien intencionado. Sabemos que la acumulación originaria es parte de un proceso que finalmente puede termina en el monopolio y la concentración de la riqueza en unos pocos. Y esto es particularmente sensible en el caso del uso de Internet, ya que nada garantiza que no se convertirá en una cárcel del yo digital, donde los carceleros podrán conocer, anticipar y finalmente manipular nuestros actos de vida.

Pero no todo está perdido. Si pensamos que aún nos encontramos en los albores de esta nueva era, que las actuales generaciones han sido de personas con ideales políticos algo febles, que todo ha sido muy rápido, que esta acumulación originaria es una etapa histórica que tendremos que vivir y sobrevivir, pero que no será difícil revertir, que todo aún es muy reciente y está recién iniciando,  tendremos que comenzar desde abajo a criar y educar a los programadores del mañana, poner el acento más que en empresas... en redes y vínculos entre personas sólidas, personas incorruptibles y apegadas a principios que no se tranzan, a exigir estándares y normativas, contratos sociales, propiedad colectiva de medios, nuevas iniciativas de personas que sepan desde siempre que somos nosotros los dueños de los medios de producción de la nueva sociedad del conocimiento.

Nota del autor: inicialmente este texto lo titulé: "La acumulación originaria del capital y la gran estafa del software libre". Sin embargo, creo que la palabra estafa es demasiado fuerte para un proceso que aún puede ser útil para el mundo. pero no criticaré a alguien que quiera republicarlo con ese título, conservando esta nota."

Autor: Hugo Baronti (3 enero de 2017)
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