Soy de un mundo sumergido.
Mundo de debates con pensamientos fatuos
de tinieblas estroboscópicas
y sombras de neón.

Mundo, de llantos y quejidos clonados,
con pupilas tatuadas,
y detritus de amor.

Mundo de cicatrices eternas
y contagios irascibles,
necrosos virtuales.

El mundo post-izo
el mundo in-mundo.

Mundo de genomas desahuciados
y náuseas fractálicas,
de carismas aguados
con sangre y sudor.

De ese,
de ese mundo soy.